ASÍ EMPEZÓ TODo…

Correr es parte de mi vida. Cuando tenía 8 años solía ir corriendo desde el colegio a casa y llegaba justo antes de que el almuerzo estuviese listo. Pequeños acontecimientos sin importancia. Pero para mí son recuerdos valiosos llenos de sentido. Jamás hubiese imaginado que ese cúmulo de recuerdos y vivencias normales y corrientes me llevarían a correr maratones por todo el mundo con fines solidarios relacionados con el agua como derecho humano. Tengo la impresión de ser un tronco a la deriva, arrastrado por las aguas hacia un mundo más justo y sostenible. 

Me llamo César, soy de Tenerife y, actualmente resido entre Canarias y  Londres donde desarrollo mi carrera profesional en el departamento de Sostenibilidad y en el area de Responsibilidad Social Corporativa.

Cuando mi padre fue diagnosticado de cáncer, mi vida se complicó. Quise reforzar mi compromiso social. No sabía exactamente cómo, pero no tardaría mucho tiempo en averiguarlo. Mi padre falleció repentinamente y tuve problemas laborales. Sentía que me hundía poco a poco. Mientras buscaba trabajo de nuevo y rehacía mi vida, me uní a la red de voluntarios de Unicef y, al cabo de seis meses me dieron otra oportunidad donde realmente descubrí mi pasión por el medio ambiente y el agua.

Mi primer maratón solidario fue en Estocolmo para recaudar dinero contra el Cáncer, y  desde entonces,  con el lema continuar sin perder el ritmo, he corrido otros nueve más en varios continentes y en ciudades tan diferentes como Honolulú, Nueva York y Barcelona, entre otras. Mi pequeña y primera recompensa fue recaudar alrededor de 10.000 libras. 

Mis otras recompensas no tardaron en llegar. Debido a nuestra gran labor para una de las campañas de Unicef, en la cual estuve colaborando, fuimos invitados a una recepción con la Primera Ministra en su residencia oficial, en el numero 10 de Downing Street. En el trabajo me otorgaron el premio Water Champion of the year  y, gracias a ello tuve la oportunidad de viajar a la India para conocer más de cerca los proyectos de WaterAid.  A finales del año, pasado recibí el premio President’s Award: el mayor reconocimiento que se le concede a alguien en el Reino Unido por la labor humanitaria; y en el mes de Julio en España me concedieron la beca “betfairxeldeporte” impuslada por Betfair y apayada por la Asociacion del Deporte Español. 

Siento que mis zancadas van en la dirección correcta. Cuando corro, tal vez pienso en los ríos. Tal vez piense en las nubes. Pero, en sustancia, pienso en mis retos solidarios, y simplemente sigo corriendo en medio del silencio que me acompaña.

LA CAUSA

El agua es la esencia de la vida y un vehículo de la naturaleza y también, un derecho fundamental reconocido por Naciones Unidas en el año 2010; Reafirmando que un agua potable limpia y el saneamiento son esenciales para la realización de todos los derechos humanos.

Pero es bastante difícil creer que todavía en el año 2022, 1 de cada 10 personas en todo el mundo no tengan acceso a agua potable para beber cerca de su casa y que haya más personas que tienen acceso a un teléfono móvil que a un retrete. Todos y cada uno tenemos derecho a disponer de agua suficiente, saludable, aceptable, fisicamente accesible y asequible para su uso personal y domestico.

En mi última visita a África, concretamente a Ruanda, no tardé mucho en darme cuenta que las mujeres y las niñas son las encargadas en sus hogares de la recogida de agua potable diariamente y recorren a pie más de 21 kilómetros con un bidón de agua de color amarillento en la cabeza. La distancia media que camina la mujer en Africa y en Asia para recojer agua es de 6 kilometros.

Me parece lamentable que en el siglo XXI todavía haya gente viviendo en estas pésimas condiciones. Al regresar de África me prometí a mi mismo que nunca me quejaría de nada, porque al fin y al cabo somos unos privilegiados. La única diferencia entre ellos y nosotros es solo el lugar de nacimiento. 

El agua y una buena higiene son la primera línea de defensa para luchar contra el coronavirus pero en muchos países del continente africano y en el resto del mundo, abrir el grifo todos los días es algo impensable.  

Es necesario asegurar el buen abastecimiento, el ahorro, la eficiencia y la sostenibilidad de los ecosistemas naturales en cada cuenca hidrografica, reconoiendo ademas, que el agua es un derecho humano. Es evidente que hay que compartir el agua de forma equitativa, pero tarmbien hay que compartir de forma solidaria los mejores saberes del agua en la dimension urbana, territorial e industrial.

Para aportar mi granito de arena y ayudar a solventar todos estos problemas, me propongo afrontar el reto solidario de correr 100 maratones oficiales en 7 continentes,  incluida la Antártida, para recaudar fondos para una ONG llamada WaterAid y así, ayudar a proveer agua potable para  la gente más necesitada  

De momento, he completado maratones en Bagan, París, Nueva York, Londres, Sídney, Oporto, Marruecos, Estocolmo (2), ultra maratón en Escocia, Hurtwood 50Km, NDR 50Km, la maratón en la Tenerife Blue Trail, Londres, Amsterdam, Hamburgo y Zermatt. Mis próximas paradas son Chicago y Valencia. Todos los viajes son financiados con parte de mis ahorros o por algún patrocinador menor y todo el dinero recaudado a traves de la plataforma Justgiving que asciende ya a mas de 16.000 libras se destinará íntegro hacia esa labor. 

Todavía queda mucho por hacer y no pararé de correr, como el agua de un río que nunca se estanca y fluye y fluye… hasta cumplir mi misión; seré  como el agua y no descansaré hasta llegar al mar… 

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Muchas Gracias a todos por compartir mi historia